Un diario de gratitud

Agradecer lo que tenemos en nuestras vidas es una fuente de bienestar que además puede ser beneficiosa para la salud. Y si es por escrito, mucho mejor

Muchos autores e investigadores recomiendan llevar un diario en el que cada noche escribamos tres (o más) cosas buenas del día que acaba de terminar. Aseguran que esto influirá notoriamente en nuestros niveles de bienestar e incluso en nuestra salud.

La investigadora Sonja Lyubomirksy reseña en su libro “La Ciencia de la felicidad”que en uno de los estudios se pidió a un grupo de participantes que escribieran cinco cosas por las que estuvieran agradecidos y que lo hicieran una vez por semana durante diez semanas seguidas. Otros grupos de participantes estuvieron en los grupos de control; y en lugar de concentrarse en la gratitud, tuvieron que pensar en cinco problemas cotidianos o en cinco cosas importantes que hubieran ocurrido.

En comparación con los grupos de control, los participantes que tuvieron que manifestar su gratitud tendieron a sentirse más optimistas y satisfechos con su vida. Además, sobre su salud reportaron que habían padecido menos síntomas físicos como dolores de cabeza, acné, tos o náuseas; y dedicaron más tiempo a hacer ejercicio.

Llevar un diario de gratitud puede darte la sensación de estar más conectado con los demás. Aquí, algunas pautas:

La frecuencia la estableces tú. Como dato te ofrezco que Lyubomirsky encontró en sus estudios que quienes escribían aquello por lo que estaban agradecidos semanalmente, expresaron sentir mayor bienestar que quienes lo hacían tres veces por semana. Esto debido a que aquellas cosas que se vuelven muy rutinarias, terminan por fastidiarnos.

Para acordarte puedes ayudarte poniendo a mano la libreta y el bolígrafo (sobre la mesita de noche, por ejemplo, o en cualquier otro lugar visible y que te resulte cómodo para escribir), usando la alarma de tu teléfono, o empleando una aplicación en tu smartphone (busca «gratitude journal» en aplicaciones, y encontrarás varias, tanto gratuitas como pagas) o haciéndolo a través de tu computadora.

Elige un momento del día en el que puedas evadirte y sentarte a reflexionar durante unos minutos. No tiene que ser demasiado tiempo. No te lo pongas difícil.

Piensa en tres o cinco (o más) cosas por las que estés agradecido en ese momento, desde lo más básico (la casa está ordenada, por ejemplo) hasta lo más sublime o significativo (una llamada, la mirada de alguien, una conversación).

No te olvides de personas que se preocupan por ti, que te han ayudado o que por alguna razón tienen un papel importante en tu vida.

Puedes hacer una lista con frases cortas, o detenerte en un evento o aspecto específico y describirlo con detalle. Los científicos dicen que se obtiene más beneficios con lo segundo, porque es más profundo, pero hay días que tenemos más ganas de escribir que otros.

Robert Emmons, uno de los autores que más a escrito e investigado sobre la gratitud advierte que no hay una forma “correcta” o “perfecta” de llevar un diario de gratitud.

Haz lo que se adapte mejor a tu personalidad y estilo de vida, porque lo importante, como dice Emmons, es establecer el hábito de prestar atención a acontecimientos que nos inspiren ser agradecidos.

Por cierto, si has leído hasta aquí: ¡muchas gracias!

“Por definición, la práctica de la gratitud supone centrarse en el presente: en apreciar tu vida como es hoy y en lo que la ha hecho así”
Sonja Lyubomirsky, La Ciencia de la felicidad.

9 comentarios en “Un diario de gratitud

  1. Luis Alberto dijo:

    Angela, me alegra recibir tu valiosa y significativa conexión y la aprovecho para expresarte mi aprecio. Me obsequiaré “suficientes espacios y tiempos” para irme llenando de bienestar al escribir y compartirlo con sencillez y entusiasmo. Luis Alberto Muñoz García

  2. Angélica Girón Mendoza dijo:

    Vilma acaba de invitarme y para mi sorpresa encontré este artículo que, por contenidos y sencillez, se parece a mi. ¡Felicitaciones y mucho éxito!

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